Aunque la mona se vista de seda, mona se queda
La condición de cada uno o los defectos naturales no se pueden encubrir ni cambiar con mejoras meramente externas.
(refrain) m. Dicho agudo y sentencioso de uso común.
La condición de cada uno o los defectos naturales no se pueden encubrir ni cambiar con mejoras meramente externas.
Por lo general, los hijos tienen el genio y las cualidades de los progenitores, así como sus costumbres e incluso sus vicios.
Con buenos condimentos se obtiene una buena comida. Del mismo modo, quien posee buena condición hará buenas obras. En sentido general, se aplica a la relación existente entre la calidad de algo y su materia prima.
Por lo general, los hijos son como los padres, a quienes imitan en su modo de pensar y proceder.
Las hijas siguen en gran medida el modo de proceder de su madre, hasta el punto a veces de convertirse en su reflejo.
Cuando se emplean elementos de calidad, el resultado es satisfactorio. Se aplica también cuando entre la ascendencia y la descendencia existe una relación de calidad.
Los hijos heredan las cualidades de sus progenitores.
No siempre los hijos heredan las virtudes de sus padres ni aprovechan su buena crianza, si son de mal natural.
Es lógico que los hijos se parezcan a los padres.
Por lo general, el carácter y las costumbres se transmiten de padres a hijos. Se puede aplicar también a todo lo que se parece a su origen.
Indica el poderoso influjo que tiene la naturaleza, el ejemplo y las costumbres de los padres en los hijos.
Alude a la imposibilidad de que alguien cambie su forma de ser, en especial si es un ser malvado.
Con los años no se cambia el carácter, lo que se ha recibido por herencia genética.
La preferencia de este animal por los lugares accidentados y altos sirve para indicar que cada uno obra con regularidad de acuerdo con su origen o naturaleza. Se suele emplear con sentido peyorativo, para calificar negativamente las tendencias, a menudo heredadas, de la conducta de una persona.
Da a entender que los hijos heredan las cualidades e inclinaciones de sus padres.
Resulta imposible desembarazarse completamente de sus tendencias naturales.
Algunas cualidades han de ser innatas, como inteligencia, aplicación, fuerza de voluntad, perseverancia, etc.; se las puede cultivar pero no adquirir, ni siquiera asistiendo a un centro reputado como excelente.
Aunque uno procure disimular su naturaleza, siempre sale a la luz, ya sea por las obras o por las palabras. Se aplica también a los malvados cuyo genio no cambia con el paso de los años.
No es necesario aprender lo que se tiene innato o lo que se sabe por naturaleza.
Resulta imposible cambiar la naturaleza de uno cuando la ha recibido por herencia genética.